Quiero agradecer profundamente la presencia, pero sobre todo la aceptación a la invitación que hicimos a Gabriel Mariotto.
Hace un año visité Buenos Aires, fui invitada a participar en el 2º. Plenario de Políticas Públicas de la capital argentina organizado por el Vicegobernador y un maravilloso equipo de colaboradores. En un campo del Club Banfield comencé a ver la política desde otra dimensión.
Como saben, he recorrido gran parte de los municipios y comunidades de este país. Siempre llevando un mensaje de esperanza para aquellos que viven en carne propia los estragos de la terrible desigualdad y la nula posibilidad de cambiar su realidad.
El 28 de febrero de 2013, 8 mil jóvenes se inscribieron en ese gran foro que tanto recuerda los foros de la ley de medios impulsada también por Mariotto.
Durante horas, los jóvenes, divididos en carpas y mesas por tema debatieron con legisladores, ministros y representantes de organizaciones civiles. El objetivo: coincidir y hacer a un lado las diferencias y concluir todos juntos en el mismo proyecto de ley o decálogo de acciones de gobierno.
Lo que Mariotto llama “la política del aporte”. Es cuando el pueblo aporta y se le reconoce.
En un sistema de acogimiento familiar, es fundamental la contención de la vulnerabilidad de los niños en el mismo núcleo familiar. ¿Por qué un ejercicio tan aparentemente simple podría cambiar la realidad?
Los gobiernos de Argentina y México hoy son distintos. Pero la gente es la misma. Somos latinoamericanos, somos alegres, ocurrentes, somos adoradores de la madre y criados por la abuela. Hoy Argentina ha dejado atrás la dictadura para caminar dinámica, sensible y demostrando capacidad transformadora. México en cambio está estrenando dictadura, una neodictadura fortalecida con reformas privatizadoras y apostando por un crecimiento económico basado en la premisa de hacer a los ricos más ricos y a los pobres más miserables.
Desde el 97 la Ciudad de México es nuestro bote salvavidas. Aquí los viejos viven dignamente, han sido los consentidos por más de 10 años. Aquí las mujeres somos dueñas de nuestro cuerpo, el amor es libre y gracias a la voluntad política de quien dirige la jefatura de gobierno de esta ciudad.
Por primera vez estamos invirtiendo correctamente en nuestro futuro como metrópoli, al darle a las niñas y niños a través de la Ley de Atención a primera infancia, y la cartilla "de 0 a 6" que beneficia a mas de 800 mil menores de 6 años.
Tenemos razones para estar orgullosos de nuestra ciudad y también tenemos razones de sobra para exigir al Congreso de la Unión nos entregue de una vez por todas la Reforma Política que tanta falta nos hace.
Buenos Aires y la Ciudad de México compartimos virtudes y lloramos por los mismos problemas: violencia y drogas en jóvenes sin oportunidades, déficit de vivienda popular, maestros inconformes, etc.
¿A donde va el Proyecto Nacional de Cristina? ¿A donde debe ir la plataforma del Partido de la Revolución Democrática? La justicia es una estrella, una utopía. La diferencia la hace el camino y el único camino para dejar de ser débiles es juntarse. Debemos revalorar ese poder para andar juntos.
Latinoamérica es el resultado de una lucha y tenemos la responsabilidad de la integración. La globalización esconde un abismo de diferencias de clases y la integración es imprescindible para la permanencia. Hoy saludo a mi amigo Gabriel Mariotto y a este gran equipo de compañeros legisladores por demostrar voluntad para andar juntos.
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