Carta a Federico (10 enero 2012)

Estimado Federico Arreola:

Contestando a su pregunta, efectivamente dejé de colaborar en el equipo de Andrés Manuel López Obrador, y son varias las razones que me llevaron a tomar esta difícil decisión.

Es en enero del 2003 cuando empecé a trabajar como asistente de Andrés Manuel. Muchos años han pasado y muchas y muy gratas experiencias las que han llenado mi corazón. Nunca trabajé por otra razón sino por el cariño que le tengo al Sr López Obrador y a su causa.

La vida, o mejor dicho, mi vida me ha obligado a hacer un alto y reflexionar sobre el rumbo que ha llevado últimamente. Decidí dejar un nido seguro y aventurarme en el escabroso mundo de la política. Mundo al que conociendo de cerca, nunca había pertenecido.

Creo que mi trabajo en el equipo de Logística del hoy precandidato ha llegado a su fin. No creo que la lucha contra la injusticia y la desigualdad tenga trincheras definidas. Hoy he elegido una nueva.

Mi interés por el bienestar de los demás, muy bien aprendido del mejor maestro, me ha brindado un buen lugar dentro del barrio en donde vivo. Los dirigentes del Partido del Trabajo de mi delegación amablemente me han ofrecido una oportunidad de representarlos. Me pareció buena idea.

Tengo muchas ganas de seguir en esta batalla, ahora desde mi casa que es la delegación Álvaro Obregón. Mi experiencia y entusiasmo no me harán quedar mal.

Por medio de este espacio quisiera agradecer en primer lugar a Andrés Manuel López Obrador y a sus hijos por todo su cariño y enseñanzas, a Nicolás Mollinedo Bastar por su paciencia y porque de él aprendí  a trabajar de sol a sol, a las Adelitas, mis amigas y hermanas, a mis compañeros de trabajo porque siempre me cuidaron y respetaron, a todos aquellos que confiaron en mí simple y sencillamente por estar cerca del Presidente Legítimo, a mi madre, mi padre, mis hermanas, que me apoyaron hasta el final, a Demetrio y Adela que me obligaban a hacer tierra de vez en cuando y finalmente a usted por descubrir en mí a una columnista bastante alocada.

Espero que algún día pueda alcanzar la madurez y la objetividad necesarias para plasmar en papel todo lo que he vivido en estos maravillosos 9 años.