El resultado de las encuestas y la decisión de Marcelo Ebrard de apoyar la candidatura de Andrés Manuel no es resultado de unas cuantas semanas de activismo de escritorio de parte de tuiteros y de unos cuantos spots de nuestro amigo el Tata. Las preferencias favorecen a López Obrador porque la verdadera información llegó.
La mayoría de la gente reconoce a nuestro candidato porque él no ha parado de trabajar, y el trabajo es la mejor carta de presentación que alguien puede tener. Hay personajes que se pasan la vida diciendo lo que son y lo que no son, pero no hacen nada. Su preocupación es la mirada de los otros y no el fruto de su trabajo, en eso se les va la vida.
Desde las elecciones del 2006 y el fraude que cometieron sólo para empeorar la situación del país, Andrés Manuel no ha dejado de caminar. Es el único político que conoce todos los rincones de México y sólo él tiene el privilegio de haber estrechado tantas manos trabajadoras mientras recorría caminos y costas.
Los mexicanos lo conocen porque tocó sus puertas y habló de frente con ellos. No llegó en helicóptero ni a través de la televisión.
Todo ese trabajo ha dado sus primeros frutos. No es casualidad que ahora todos volteen a verlo. Que los “periodistas serios” le llamen para entrevistarlo. No es ninguna sorpresa que Televisa lo quiera tener en su programa estrella junto al “máximo líder de opinión”.
Los teléfonos de su oficina no dejan de sonar. Los mensajitos llegan a los celulares de los que trabajamos con él desde hace muchos años. Las felicitaciones llegan por todos lados, algunas sinceras y amorosas, otras oportunistas y lambisconas.
Debemos tener los ojos bien abiertos y los oídos atentos. Muchos lo siguen queriendo y volverán a apoyarlo pero también están los que no pueden superar los efectos de la guerra sucia del 2006, que lo estigmatizó como peligro para México.
Ahora que vivimos realmente en peligro, muchos otros empiezan a darse cuenta que la guerra mediática contra Andrés Manuel López Obrador está llegando a su fin, y que la verdad, aunque tarde, sale a la luz como el aceite sobre el agua.
En lo personal estoy contenta, animada, con la esperanza al rojo vivo, sin embargo, no dejo de reconocer que el tramo que sigue será difícil, que los traidores pueden estar también dentro de nuestras filas y obstacularizarán el cambio que nos favorecerá a todos.
Vamos a seguir trabajando en el fortalecimiento de MORENA para lograr la transformación del país.
Como lo ha demostrado Andrés Manuel López Obrador, el trabajo nos sitúa y nos define. Esa es la mejor carta de presentación.
1 comentario:
Excelente! felicidades colega!
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