Retomado del portal www.invdes.com.mx
Un científico mexicano encontró la forma de combatir el problema de sequía en los campos agrícolas, pero su ingenio no encontró eco en las autoridades, por lo que la “lluvia sólida” (polímero capaz de retener el agua) se comercializa y triunfa en 11 países, no en México donde sólo le desearon suerte.
Ésa es la historia de Sergio Jesús Rico Velasco, ingeniero del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien creó el “Silos de agua” -como denominó a su invento-, el cual reduce de un 50 a un 90 por ciento el consumo del líquido en la agricultura.
Rico Velasco recuerda que acudió a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa), a la Comisión Nacional del Agua (Conagua y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) para presentar la “lluvia sólida” y los beneficios de su uso en los cultivos, pues en promedio se gasta el 80 por ciento del agua nacional con fines agrícolas; sin embargo, sólo “le desearon suerte”.
“Para todos es un breviario cultural, un dato curioso, digno de un saludo de buenos deseos y sólo me desean suerte y que me vaya bien, pues dicen que ellos norman los trabajos, pero no pueden promover el consumo de una marca, entonces sólo me dicen felicidades”, indica el científico mexicano.
Y mientras aquí lo desdeñaron pese a que la sequía en México dejó afectaciones en 28 estados de la República, donde dos millones de hectáreas de siembra quedaron dañadas y más de 100 mil cabezas de ganado murieron por falta de alimento, en otras naciones comercializa su invento, como India, Colombia, Guatemala, Honduras, Ecuador, Nicaragua, España, Portugal, Dubai, Haití y Estados Unidos.
En esos países los empresarios y pequeños agricultores adquieren el polímero que encapsula el agua de lluvia para su óptima utilización en la raíz de la planta. Un ejemplo son las palmeras de coco en India, donde se debía realizar un riego de 80 litros cada semana, en tanto que con el invento del mexicano sólo se les aplican 50 litros cada tres meses.
La aplicación de los “silos de agua”, que tiene una presentación en polvo, es simple: se entierran en la tierra a la altura de la raíz y cuando llueve el agua se vuelve sólida (evita que el líquido se filtre o se evapore). El agua permanece así mientras es consumida por la planta según la va necesitando.
Una vez que se termina la humedad del polímero éste vuelve a hacerse polvo y cuando llueve nuevamente vuelve a encapsular el agua, manteniéndose en la tierra por un lapso de ocho a 10 años. El empleo de la lluvia sólida a través de “silos de agua” es único en el mundo, pues además de aprovechar mejor el agua, permite almacenar líquido en costales, tambos, cubetas y botellas de PET en caso de la ausencia de la manifestación pluvial, pues no se modifican el PH, las sales ni los nutrientes.
Fuente: Mi Morelia
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