Por eso me llena de honor y agradecimiento presenciar los resultados del trabajo en conjunto que comenzó con mi inciativa en la Asamblea y que hoy abanderan distintos órdenes de gobierno, unidos por esta causa.
Al presentar la iniciativa que derivó en la creación de la ley, mi intención siempre fue (además de la protección a los niños) instaurar en la capital del país una estructura de desarrollo social sólida, efectiva y universal; concentrar esfuerzos en el bienestar de la niñez nunca será una pérdida de tiempo ni de recursos, es una inversión que cosechará el más reconfortante fruto: una sociedad sana, feliz, humana y productiva.
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