Sin haber vivido experiencias educativas se autonombró maestra, empezando con ello el primer robo al magisterio. Una maestra que no tuvo alumnos y que jamás se preocupó por la realidad que viven millones de niños en el país. Una maestra que se adueñó de los recursos económicos que le pertenecían a la Secretaría de Educación Pública, para vivir en la opulencia y comprar voluntades. Por supuesto que no lo hizo sola, contó con el apoyo de políticos corruptos como ella y se prestó a prácticas deleznables que le permitieron mantenerse más de 25 años como secretaria del sindicato más grande de América Latina.
Elba Esther Gordillo asumió el cargo de secretaria del SNTE de la mano de Carlos Salinas de Gortari, declarado Presidente tras la caída del sistema de las elecciones en las que Cuauhtémoc Cárdenas claramente llevaba la delantera, traicionando incluso a su mentor e impulsor: Carlos Jonguitud Barrios. La señora, que no maestra, sin abandonar su cargo vitalicio, también fue diputada y senadora plurinominal, como si el dinero que le robaba a los maestros no fuese suficiente.
Elba Esther Gordillo: el prototipo de quienes enferman de poder. Aunque su operación en el año 2000 fue a favor de Francisco Labastida, no tardó mucho tiempo en hacerse amiga predilecta del Presidente Vicente Fox y una pieza fundamental en las maniobras de la nada benéfica fundación Vamos México a cargo de Martha Sahagún. Su poder de negociación la llevó a empujar candidaturas presidenciales para conservar su dominio y cobrar facturas.
Después de saberse rechazada por el candidato favorito, su (en ese entonces) recién creado Partido Nueva Alianza fue clave en la estrategia rumbo al fraude del 2006. Como por arte de magia, en cada una de las casillas donde no se registró o no se presentó el representante de la coalición PRD-PT-Convergencia fue vigilada por uno de los integrantes del sindicato de maestros con la camiseta del PANAL bien puesta. En los municipios y secciones más apartados del país siempre hubo un representante de la “maestra”.
Una vez instalada en el poder se volvió inamovible, sólo una traición como las que ella realizó a todos niveles pudo llevarla tras las rejas. Sí, una traición, porque el mismo partido que dirigió y que la elevó a las nubes un día decidió desecharla.
Mucha gente que trabajó con ella la quiere y dice que recibió buen trato de su parte. Periodistas respetables hablan de sus refinados modales y exquisitos regalos navideños. Más que calidad humana Elba Esther tiene una mente brillante, supo de qué manera comprar lealtades cuando le convino.
Esta semana se cumplen 4 años de su detención en el aeropuerto de Toluca, acusada de un fraude millonario y desvío de recursos públicos. Y es justamente cuando arrancan las precampañas en el Estado de México que un juez ha ordenado aplicar el arresto domiciliario por un supuesto estado de salud delicado.
Las preguntas que revolotean mi cabeza desde hace algunos días son:
Será la Sra. Elba la operadora del Revolucionario Institucional como en los buenos tiempos del tricolor para mantener el único territorio que daría un respiro a Enrique Peña y el grupo Atlacomulco?
Volverá Elba Esther a buscar a Andrés Manuel aprovechando la racha de perdones y olvidos del tabasqueño?
O la que alguna vez fuera compañera de Manuel Bartlett y Camacho Solís sale de su gris reclusión para volver a su departamento de Polanco y mover nuevamente las fichas para Calderón, Josefina y Margarita?
Finalmente, a ella y a todos nos juzgará la historia. La historia escrita a modo le dará un lugar, pero los maestros comprometidos con el futuro de las nuevas generaciones le darán otro.
Hoy va de regreso a su casa, a rodearse de comodidades, casi libre de culpas; presa domiciliaria pero con la absolución que no han merecido verdaderos presos políticos, hombres y mujeres justos que han muerto en la soledad de una celda oscura y fría o por la bala dirigida desde un escritorio como si se tratase de un mandato presidencial.
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