26 febrero 2015

HAGAMOS DE LA DEMOCRACIA MÁS QUE UN CONCEPTO, UNA REALIDAD EN CADA COLONIA Y BARRIO DE LATINOAMERICA: POLIMNIA ROMANA

-Desde la Universidad de Florida, la Conferencia de 

Democracia “Consolidando y Fortaleciendo Instituciones

Democráticas en Tiempos de Crisis y Conflictos”,

reúne a líderes políticos y legisladores de todo el Continente.

 

Con la finalidad de conocer e intercambiar experiencias e ideas para el fortalecimiento de la democracia tanto en México, como en América Latina, la diputada local Polimnia Romana Sierra Bárcena, participa en la II Conferencia de Democracia, que este año tiene como tema central “Consolidando y Fortaleciendo Instituciones Democráticas en Tiempos de Crisis y Conflictos” y en el que participan legisladores y líderes políticos de todo el continente americano.

 

Organizado por la Universidad Internacional del Estado de Florida, en alianza con el Centro para la Democracia y Buen Gobierno, junto con el Instituto de Servicios de la Administración Pública y de la Comunidad, el evento busca analizar durante tres días el papel que desempeñan tanto los órganos legislativos nacionales y regionales, como los partidos políticos en cada país de Latinoamérica y los miembros del poder ejecutivo para la consolidación y fortalecimiento de la gobernabilidad democrática.

 

“Necesitamos reconstruir desde los cimientos la manera de hacer y entender la política, otorgando a los ciudadanos mecanismos accesibles para participar en la toma de decisiones, involucrándolos de lleno y rescatando en las Instituciones su sentido democrático, para que la gente encuentre en ellas el camino idóneo para hacer de la democracia, más que un concepto una realidad en cada colonia y barrio de América Latina” señaló la legisladora Polimnia Romana.

 

Destacó además la importancia social y geopolítica de estos encuentros por colocar la mirada en el hemisferio sur del continente, pero sobre todo analizando y atendiendo las necesidades de integración, inmigración y seguridad que marcan la agenda pública que los latinoamericanos demandan hacia los Estados Unidos mirando al futuro desde una perspectiva de intereses compartidos.

14 febrero 2015

RISAS, CONDONES Y MUCHO BAILE EN EL FESTIVAL DEL AMOR LIBRE

Aprovechamos esta fecha para concientizar sobre salud
y derechos sexuales, los mejores bailarines se llevaron
el Kamasutra, dos condones y la pastilla del día siguiente, pero
lo más importante se llevaron información para amar
libremente y con responsabilidad: Polimnia Romana


Se llevó a cabo el Festival del Amor Libre y Responsable en el Parque de la Bombilla este fin de semana, durante casi tres horas la asambleísta Polimnia Romana Sierra Bárcena junto a familias, jóvenes, oficinistas y vecinos de Álvaro Obregón disfrutaron entre carcajadas, salsa, baile y técnicas para aprender a colocar el condón femenino.

La música y el humor inteligente de Minerva Valenzuela, mejor conocida como "La del Cabaret" con su monólogo sobre salud sexual y derechos de las mujeres, fueron el marco perfecto para celebrar por adelantado el día del Amor Libre y conocer más sobre salud reproductiva .

“Para nosotros esta fecha es el pretexto para celebrar, informar y promover los derechos sexuales; como el derecho a decidir libremente a quién amar gracias a la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo que es una realidad en el DF, o el derecho de las mujeres capitalinas a decidir sobre su cuerpo con la interrupción legal del embarazo, pero sobre todo darle información oportuna a las adolescentes y jóvenes, para disminuir los embarazos entre menores de 15 años como actualmente ocurre en nuestro país” resaltó la legisladora Polimnia Romana.

Ante el monumento de Álvaro Obregón como testigo, 27 parejas de todas edades, sexos y colores compitieron al ritmo de salsa cubana por los 10 kits de premio que incluían el libro del Kamasutra, una pastilla del día siguiente y dos condones, uno masculino y otro femenino.

La perredista Sierra Bárcena, señaló “Aprovechamos esta fecha para concientizar sobre salud y derechos sexuales, además las mejores parejas de baile se llevaron su kit, con literatura erótica y métodos anticonceptivos, pero lo más importante es que se llevaron información para amar libremente a quien quieran y con responsabilidad".



10 febrero 2015

LE PONDRÁN RITMO A LOS DERECHOS SEXUALES EN EL DF

Con El Kamasutra, un condón femenino, la pastilla        

del día siguiente y un condón masculino premiaremos

a las parejas de baile que ganen el concurso del

Festival del Amor Libre y Responsable: Polimnia Romana

 

Tomando como coyuntura el día del amor y la amistad, la diputada Polimnia Romana Sierra Bárcena anunció la realización del Festival del Amor Libre y Responsable, que se llevará a cabo el próximo viernes 13 de febrero en el Parque de la Bombilla, en la Delegación Álvaro Obregón.

 

Para nosotros más que el Día del Amor y la Amistad, esta fecha es el pretexto perfecto para celebrar y promover entre los capitalinos, los derechos sexuales; entre ellos el derecho a decidir libremente a quién amar gracias a la legalización delos matrimonios entre personas del mismo sexo, así como el derecho de las mujeres capitalinas a decidir sobre su cuerpo con la interrupción legal del embarazo, el derecho sexual al erotismo, el derecho a recibir información oportuna sobre planificación familiar, a tener o no tener hijos dentro del matrimonio, el derecho a recibir atención humanizada previo, durante y después del embarazo; el derecho de las madres a ejercer la lactancia materna; el derecho a recibir atención médica pública y gratuita en caso de enfermedades sexuales como el VIH o SIDA; el derecho a una vida libre de violencia o acoso sexual en los espacios de trabajo hacia las mujeres” resaltó la legisladora perredista Polimnia Romana.

 

En este contexto cabe resaltar que tan sólo entre 2009 y 2011, en el interior de la república hubo 679 denuncias por parte de las propias autoridades y personal del sector salud contra aquellas mujeres que intentaron realizarse un aborto, lo cual en entidades como Guanajuato inclusive tiene consecuencias penales como la cárcel. En contraparte en el Distrito Federal gracias a la legislación existente desde 2007, en promedio se salvan diariamente 71 vidas de mujeres que deciden interrumpir su embarazo y acuden a los hospitales autorizados.

 

La legisladora Sierra Bárcena, señaló “según estudios internacionales en comparación con las mujeres que tienen algún tipo de estudios posteriores a la primaria, las mujeres sin educación son cinco veces más propensas a contraer enfermedades sexuales como el VIH o SIDA. Además que en países en desarrollo como México, el 50 por ciento de las adolescentes estará casada antes de cumplir 20 años, por lo cual se vuelve fundamental prolongar su desarrollo académico y evitar así que sean parte de las estadísticas que muestran como el 72 por ciento de las que viven en pareja a partir de los 15 años han recibo algún tipo de violencia”.

 

 

Agregó además que en el marco del festival habrá información y orientación sobre salud y derechos sexuales, pues participará el Instituto de la Mujer y la Secretaría de Salud del Distrito Federal y como parte del programa se presentará un monólogo sobre sexualidad a cargo de la activista Minerva Valenzuela, mejor conocida como “La del Cabaret”.

 

Finalmente la asambleísta perredista Polimnia Romana enfatizó la necesidad de seguir luchando para que desde el Estado se garanticen todos los derechos sexuales para los capitalinos, sin importar su género o preferencia sexual y desde la capital impulsar que éstos puedan ser replicados en el resto del país.



03 febrero 2015

La decepción democrática

Recuperado del portal www.elpais.com

Daniel Innerarity

Conviene que nos vayamos haciendo a la idea: la política es fundamentalmente un aprendizaje de la decepción. La democracia es un sistema político que genera decepción… especialmente cuando se hace bien. Cuando la democracia funciona bien se convierte en un régimen de desocultación, en el que se vigila, descubre, critica, desconfía, protesta e impugna.

Pensemos en dos de las más comunes fuentes de desafecto ciudadano hacia nuestros representantes: la corrupción y el desacuerdo. El menos avisado puede tener una impresión demasiado negativa y caer en el típico error de percepción que genera la corrupción descubierta o el desacuerdo institucionalizado propio del antagonismo democrático. La corrupción es siempre intolerable, por supuesto, y la incapacidad para generar grandes acuerdos está en el origen de muchas de nuestras torpezas colectivas, pero deberíamos ser sinceros y reconocer que buena parte de nuestro malestar con la política corresponde a una nostalgia inadvertida por la comodidad en que se vive donde lo malo no es sabido y se reprimen los desacuerdos. La antropología política nos enseña que hay un sentimiento atávico, nunca plenamente superado, de añoranza hacia formas de organización social en las que reine una plácida ignorancia y los políticos, como reza la queja habitual, no estén todo el día discutiendo.

Hay otra fuente de decepción democrática que tiene que ver con nuestra incompetencia práctica a la hora de resolver los problemas y tomar las mejores decisiones. La política es una actividad que gira en torno a la negociación, el compromiso y la aceptación de lo que los economistas suelen llamar “decisiones suboptimales”, que no es sino el precio que hay que pagar por el poder compartido y la soberanía limitada. Está incapacitado para la política quien no haya aprendido a gestionar el fracaso o el éxito parcial, porque el éxito absoluto no existe. Hace falta al menos saber arreglárselas con el fracaso habitual de no poder sacar adelante completamente lo que se proponía. La política es inseparable de la disposición al compromiso, que es la capacidad de dar por bueno lo que no satisface completamente las propias aspiraciones. Similarmente los pactos y las alianzas no acreditan el propio poder sino que ponen de manifiesto que necesitamos de otros, que el poder es siempre una realidad compartida. El aprendizaje de la política fortalece la capacidad de convivir con ese tipo de frustraciones e invita a respetar los propios límites.

Todas las decisiones políticas, salvo que uno viva en el delirio de la omnipotencia, sin constricciones ni contrapesos, implican, aunque sea en una pequeña medida, una cierta forma de claudicación. En el mundo real no hay iniciativa sin resistencia, acción sin réplica. Las aspiraciones máximas o los ideales absolutos se rinden o ceden ante la dificultad del asunto y las pretensiones de los otros, con quienes hay que jugar la partida. No tiene nada de extraño, por ello, que nuestros más fervorosos seguidores aseguren que no era eso a lo que aspiraban. Si además tenemos en cuenta que la competición política crea incentivos para que los políticos inflen las expectativas públicas, un alto grado de decepción resulta inevitable.

Todo esto provoca un carrusel de promesas, expectativas y frustraciones, de engaños y desengaños, que gira a una velocidad a la que no estábamos acostumbrados. Los tiempos de la decepción —lo que tarda el nuevo Gobierno en defraudar nuestras expectativas o los carismas en desilusionar, los proyectos en desgastarse, la competencia en debilitarse— parecen haberse acortado dramáticamente.

Incluso quien se presenta generando las mayores expectativas de renovación —porque no forma parte de lo ya conocido y esa carencia de pasado político le permite gozar de la virginidad política como su principal valor—, no tarda mucho en decepcionarnos. Pronto recurren esos mismos a las jugadas políticas que nos habían escandalizado y se organizan como un aparato clásico. Comienzan “pudiendo”, siguen con un quién sabe y terminan posponiendo indefinidamente las promesas más audaces. Hemos pasado, por ejemplo, de no pagar la deuda a pagarla sólo en parte para finalizar con una inocua auditoría ética (apelando, por cierto, al juicio de los expertos). Es curioso lo poco que tarda el radicalismo en “socialdemocratizarse”. La estrategia para ganar elecciones es muy diferente de la tarea de gobernar, y por eso suele ocurrir que lo primero palidece a medida que se acerca la hora de la responsabilidad. Con el paso del tiempo, lo que era exhibido como radicalidad democrática —que los temas cruciales sean decididos por todos— se revela como indefinición táctica o simple ignorancia acerca de qué debe hacerse. No creo que Podemos tarde mucho en decepcionar, como ocurre con todos los actores políticos, no sólo porque comparten nuestra condición humana sino sobre todo porque en algún momento tendrán que tomar decisiones que suponen aceptar algo como menos malo. La prueba de fuego estará en el momento en que sus votos en una institución impliquen una preferencia por unos o por otros, cuando su abstención abra el paso del gobierno a alguien en concreto, todavía más, cuando tengan que preferir a alguien de “la casta” para gobernar.

¿Qué racionalidad podemos introducir en medio de esta decepción? Creo que lo mejor es partir de una constatación muy liberadora: la política es una actividad limitada, mediocre y frustrante porque así es la vida, limitada, mediocre y frustrante, lo que no nos impide, en ambos casos, tratar de hacerlas mejores. Y en segundo lugar, nuestras mejores aspiraciones no deberían ser incompatibles con la conciencia de la dificultad y los límites de gobernar en el siglo XXI. Lo que hacen los políticos es demasiado conocido y demasiado poco entendido. La sociedad comprende poco los condicionamientos en medio de los cuales han de moverse y las complejidades de la vida pública. Esto no ha de entenderse como una disculpa sino todo lo contrario: es el elemento de objetividad que nos permite agudizar nuestras críticas, impidiendo que campen desaforadas en el espacio de la imposibilidad.

Recordar tales cosas en medio de esa desbandada que llamamos desafección política, cuando están saliendo a la luz múltiples casos de corrupción y la política se muestra incompetente para resolver nuestros principales problemas, puede parecer una provocación. Si lo recuerdo es para defender estas tres tesis: que la política no está a la altura de lo que podemos esperar de ella, que no es inevitablemente desastrosa y que tampoco deberíamos hacernos demasiadas ilusiones a este respecto. Y es que las quejas por lo primero (por su incompetencia) se debilitan cuando uno da a entender que acepta lo segundo (que la política no tiene remedio) y cuando traslucen una expectativa desmesurada acerca de la política. De este modo no pretendo disculpar a nadie, sino permitir una crítica más certera, porque nada deja más ilesa a la política realmente existente que unas expectativas desmesuradas por parte de quien no ha entendido su lógica, sus limitaciones y lo que razonablemente podemos exigirle.

Ahora que todo está lleno de propuestas de regeneración democrática no viene nada mal que analicemos con menos histeria el contexto en el que se produce nuestra decepción política, para que estemos en condiciones de valorarla en su justa medida y no cometamos el error de sacar consecuencias equivocadas de ella. Deberíamos ser capaces de apuntar hacia un horizonte normativo que nos permita ser críticos sin abandonarnos cómodamente a lo ilusorio, que amplíe lo posible frente a los administradores del realismo, pero que tampoco olvide las limitaciones de nuestra condición política.

Daniel Innerarity es catedrático de Filosofía Política y Social e investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco.


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